Esta rama está integrada por hombres mayores de edad, solteros o viudos, que deciden consagrarse a Dios. La componen dos tipos de miembros:
- Aquellos que sienten la llamada a la vida sacerdotal. Realizan los estudios correspondientes de Filosofía y Teología; una vez finalizados y tras la ordenación, son destinados por el Arzobispo de Madrid a una encomienda pastoral. En la actualidad, están sirviendo a la Iglesia Diocesana en diferentes parroquias, en la capellanía de la Asociación Pública de Fieles y en capellanías de hospitales.
- También forman parte de esta sección los hermanos que se sienten llamados a una vida consagrada y la realizan mediante la oración y el trabajo, sirviendo a la Obra de la Virgen a la que pertenecen y a la Iglesia, en lo que sean requeridos dentro de su vocación.
Los tres pilares de la Comunidad Vocacional
Esta rama tiene su fundamento en los tres consejos evangélicos de castidad, pobreza y obediencia enseñados por Jesucristo y promovidos por la Iglesia, como Madre, para ayudar a crecer en la vida cristiana.
- Castidad: la práctica de esta virtud nos acerca al amor de Dios, se prioriza al espíritu frente a la carne, y de esta forma nos hace libres. Se reafirma la consagración del bautismo pero de una forma más íntima e intensa. Al vivir célibes, estamos recordando a todos los demás que esta opción de vida es un anticipo de la vida eterna.
- Pobreza: consiste en el desapego de los bienes materiales y una confianza plena en Dios, viviendo un estilo de vida sencillo y austero. Este modo de vida no se sigue por imposición, sino por amor y voluntad. El mejor ejemplo es el mismo Cristo, que siendo rico, nació pobre, vivió pobre y murió pobre.
- Obediencia: cuando se profesa la obediencia, renunciamos a nuestro “yo” egoísta y nos ponemos a disposición de nuestros responsables libremente; a la vez, testimoniamos algo muy importante: “La verdadera libertad no es más que la búsqueda de la voluntad de Dios”.
A día de hoy, son numerosas las vocaciones a la vida sacerdotal y consagrada, surgidas a raíz de las apariciones marianas de la Virgen Dolorosa en El Escorial: los que integran las dos ramas de consagrados(as) de la Obra de la Virgen y otros muchos hombres y mujeres que se han ido incorporado a distintas órdenes y congregaciones religiosas a lo largo de los años.