Queridos peregrinos, hoy para celebrar el cumpleaños de nuestra fundadora Luz Amparo Cuevas, queremos compartir con todos vosotros un testimonio muy especial, una persona que, sin duda, no ha pasado desapercibida para la mayoría de los que acudís en peregrinación al Escorial en todos estos años desde el inicio de las Apariciones. Hablamos de nuestro querido amigo y hermano Julián Argüello.
Julián, fue una de las primeras personas en conocer a Amparo Cuevas y sus carismas, antes de que la Virgen se manifestase en el paraje de Prado Nuevo de El Escorial. También fue, junto a su mujer y sus hijos, una de las primeras personas que se desprendió de sus bienes y pasó a vivir su vida en la Comunidad Familiar.
Los primeros sábados de mes, era normal encontrarle atendiendo a los peregrinos en Prado Nuevo y dando las últimas noticias y avisos importantes referentes a las Apariciones. Hoy en día se encuentra junto a su mujer, en nuestra residencia Jesús del Buen Amor, donde puede llevar una vida más tranquila y apartada del mundanal ruido.
Luz Amparo, en numerosas ocasiones tenía plena confianza y se apoyaba en él a la hora de tratar con personas fuera del entorno habitual, como sucedía al ir de pueblo en pueblo haciendo apostolado. Era tal el apoyo que ella sentía en Julián, que solía ser, junto con su yerno Vicente, quienes se encargaban de acompañarla desde que se bajaba del coche hasta el árbol de las Apariciones, debido a la aglomeración tan grande de personas que se juntaban en el lugar.
Este testimonio que os traemos hoy consta de dos vídeos. Aquí os dejamos la primera parte que seguro os va a conmover y la próxima semana os compartiremos la siguiente entrega. Para concluir deciros que, en ocasiones, cuando Amparo se refería a él decía: “es un hombre grande con corazón de niño”.