Muchos de vosotros habéis conocido a nuestra fundadora Luz Amparo Cuevas Arteseros y, habéis sido testigos directos de innumerables hechos que no tienen explicación científica ni humana, nos atreveríamos a decir sin miedo a equivocarnos que esos hechos eran completamente sobrenaturales y que, por desgracia, con pocas personas podíais compartir porque eran motivo de risas y, en algunas ocasiones, también de burlas.
A veces el propio miedo de cada uno al “que dirán”, o simplemente la sensación de guardar ese momento vivido con ella en nuestro corazón y que nos había dejado a penas sin palabras, era lo que impedía que nos abriésemos a los demás y compartiésemos la experiencia que habíamos vivido. Y es que, ¿Cómo explicamos lo que no tiene explicación?
Incredulidad, orgullo, soberbia, vanidad… son algunos de los obstáculos que se hacen presentes al transmitir alguno de estos hechos a nuestros familiares, amigos y seres queridos y evitan tener el corazón y el alma abiertas de par en par para recibir las gracias al escuchar estos fenómenos vividos junto a nuestra querida vidente Luz Amparo Cuevas.
Aún así, muchos habéis conocido casos de personas que han tenido la gracia de vivir algún hecho sobrenatural junto a ella y que, a pesar de todo, no han creído, o no han querido creer, haciendo presente así la famosa frase del evangelio: “no hay más ciego que el que no quiere ver”.
Ráfagas de intenso olor a rosas, introspección de conciencia, estigmatización, bilocación… son algunos de los hechos milagrosos que, formaban parte del día a día de Luz Amparo Cuevas y que carecen de cualquier explicación científica.
Hoy queremos compartir con vosotros un testimonio que, sin duda, no pasará desapercibido para nadie. El del Doctor Florentino García González, conocido por todos como “el Doctor García”, médico especialista en medicina interna, neumología y cardiología y que, atendió a Luz Amparo Cuevas en El Escorial los últimos años de su vida.
Nos cuenta cómo pasó él esos últimos momentos en la vida de Luz Amparo de una manera muy detallada, a la vez que nos hace partícipes de hechos vividos por primera vez y que, nunca en todos sus años de profesión ha experimentado y que podríamos definir como auténticos milagros.
Destaca por encima de todo, esa capacidad de sufrimiento que poseía, unida a una gran obediencia a cualquier cosa que le recomendaba, o medicamento que le recetaba como médico.
Un testimonio sin duda, de una gran persona y un gran profesional y que a día de hoy sigue recibiendo reconocimientos por su labor, ni más ni menos que del Colegio de Médicos de la Comunidad de Madrid por su entrega y dedicación a la profesión durante 50 años.
Os dejamos con un extracto de lo mejor de su testimonio y le damos las gracias por querer compartir con todos la experiencia vivida con Luz Amparo.