En este primer sábado de diciembre, dentro del tiempo litúrgico de Adviento, nos hemos reunido, un mes más, para celebrar los actos correspondientes a este día grande para Nuestra Madre la Virgen de los Dolores.
A las 15:00 horas se proyectaba el vídeo del mensaje de La Virgen a Luz Amparo, que corresponde al día 3 de agosto de 1996, para seguidamente rezar el Santo Rosario y finalizar con la Eucaristía y una breve adoración al Santísimo.
Han sido muchos los peregrinos que han acudido presencialmente al Centro de Acogida al Peregrino “Ave María” y otros muchos que nos han seguido virtualmente a través de la emisión del directo en nuestro canal de YouTube “Virgen Dolorosa El Escorial”. A pesar de las restricciones y las medidas de seguridad que han sido cumplidas una vez más, la respuesta es siempre positiva y se ha podido celebrar el programa de actos sin ningún tipo de inconveniente.
En el mensaje que se ha proyectado, El Señor, a través de su instrumento, nos dice lo ingratos que son los hombres, pues Él viene al mundo por nuestra salvación y no le correspondemos.
“Así, hija mía, dejé el Cielo para darles todo y cómo me desprecian.”
Explica también la importancia que tiene “su grey” para Él, al igual que sus pastores, los sacerdotes, a los cuales los exige que den la vida, que vivan por y para su causa y que no se dejen llevar por placeres del mundo.
“¡Ay, pastores de mi Iglesia, trabajad, que tenéis muchos rebaños que reunir! Y no perdáis el tiempo en cosas vanas, hijos míos, y no estéis tan materializados.”
La Santa Misa fue presidida por el padre Paulino y correspondiendo al segundo domingo de Adviento cuyo Evangelio habla de Juan el Bautista como precursor, en la homilía nos enseñó que se nos invita a esperar y preparar la venida de Jesús en la Navidad. La tarea fundamental de San Juan Bautista, que lo iguala al espíritu ardiente del profeta Elías en cuanto al celo por la conversión del pueblo, fue la de predicar y conseguir la conversión de las multitudes para acoger al Mesías.
Él, comentaba el padre, al igual que nosotros, tuvo su preparación. Se apartó del mundo yendo al desierto; vivía en continua oración con Dios, era austero vistiendo pieles de animales y hacía mucha penitencia. En definitiva era muy virtuoso puesto que cumplía con la humildad siendo esta la más importante de todas.
De este modo, y pudiendo disfrutar de la representación del portal de Belén que estaba hecha dentro del lugar donde se celebran los actos, se pudo vivir este primer sábado ante sala de la Navidad, con la ilusión y esperanza que requiere este tiempo de Adviento.