Este primer sábado de mes, día de gracias, con gran afluencia de peregrinos, que día tras día, mes tras mes y año tras año siguen perseverando en su devoción a la Santísima Virgen de los Dolores y su asistencia a Prado Nuevo. En este mes de julio, dedicado tradicionalmente a la Preciosísima Sangre.
A las 15:00 h., se proyectó el vídeo del mensaje de 6 de julio de 1996, donde el Señor y la Santísima Virgen María, a través de Luz Amparo, nos hablan de la corrupción, del pecado, de la falta de amor, de la importancia de la oración, el sacrificio, la penitencia y la humildad (pidiendo besar el suelo en reparación), y del amor a la Iglesia y a nuestro Creador. Teniendo siempre la mirada puesta en María, que, como Madre, es nuestro consuelo en momentos de aflicción.
El Señor: “En el mundo no hay amor. El amor lo convierten en pasión. ¡Ay, ingratos, mirad: vuestros pecados son la causa de la muerte de todo un Dios! Sí, hijos míos, yo di mi vida por los hombres, derramé mi Sangre para que ellos tuvieran vida eterna. ¿Qué habéis hecho, hijos míos, de mi pasión y de mi muerte?: desprecio, mofa. ¡Hasta dónde el hombre es capaz de comportarse como una fiera! (…)”.
Mensaje del 6-7-1996
La Virgen: “¡Pobres almas! ¡Qué triste está mi Corazón viendo que los hombres, cada día, hija mía, se introducen más en el pecado de la carne! (…).
Orad, hijos míos, y haced penitencia… Convertíos y arrepentíos, hijos míos, y no ofendáis más a Dios, que está muy gravemente ofendido, y no clavéis más espinas en mi Inmaculado Corazón. El pecado de impureza ofende mucho mi Corazón, hijos míos.
Besa el suelo, hija mía, en reparación de tantos y tantos pecados como se cometen de impureza… Así está el mundo, hija mía: en tinieblas, porque mi Hijo es la Luz y yo soy la que trajo la Luz al mundo”.
Mensaje del 6-7-1996
A las 16:00 h., dio comienzo la procesión con la imagen de la Virgen de los Dolores; durante la misma y través de la recitación del Rosario, hemos meditado los misterios gozosos, fortaleciendo nuestra relación con Dios y con la Santísima Virgen.
A las 17: 00 h, la Santa Misa presidida por el P. José María y concelebrada por varios sacerdotes. Durante la homilía, el padre ha destacado los dos temas fundamentales del Evangelio del domingo correspondiente: el seguimiento de Jesucristo y la acogida al prójimo. El seguimiento de Jesús es muy exigente, pero sin pedirnos más de lo que somos capaces de darle. Cuando el Señor nos exige, es para el bien de nuestra alma, para santificarnos y conseguir la vida eterna.
Dios quiere que por la acogida al prójimo hagamos el bien, asistamos a los necesitados con nuestras manos, con nuestra entrega, con nuestra práctica de la caridad. Bien sabemos que con la práctica de la caridad se llega a Dios.
Durante la Exposición del Santísimo, se llevó a cabo la Consagración a la Preciosísima Sangre de Nuestro Señor Jesucristo (según una formula de los Misioneros de la Preciosísima Sangre), recordando además que en muchas ocasiones el instrumento de Dios, Luz Amparo Cuevas compartió y derramó también la sangre en sus propias carnes, unida a la Pasión de Cristo, recibiendo los estigmas de esa Pasión.
Testimonio de peregrinos de Prado Nuevo
Este mes de julio hemos contado con el testimonio de varias peregrinas de Barco de Valdeorras y de Robledo de Sobrecastro (Eva, Concepción, Pepi, Fina y Manoli), alguna de las cuales lleva viniendo desde el año 1988, otra desde hace cinco años, y otras es la primera y segunda vez que vienen. Para todas ellas, conocer las apariciones de El Escorial ha supuesto un cambio de vida tanto moral como espiritual. Fina tuvo la oportunidad de conocer personalmente a Luz Amparo, sintiendo una mezcla de temor y de arrepentimiento de no haber aprovechado más ese conocimiento de ella. Destacando tanto la sencillez de Luz Amparo, mujer de Dios, como que personas que no pisaban la Iglesia, han vuelto a la misma. Todas ellas coinciden en que, pese a la distancia, el calor… se sienten felices.
Vídeo de los actos de la Virgen de El Escorial
Pincha en la imagen para ver el vídeo.
Que el ejemplo de Luz Amparo lo llevemos siempre con nosotros, y como ella misma decía: “No consiste en empezar bien, sino en terminar bien”. Que nos amemos los unos a los otros, como tantas veces ha pedido la Santísima Virgen María, aquí, en Prado Nuevo, y que no nos avergoncemos de pertenecer a esta Obra.
¡Feliz y bendecido mes de julio!