Este mes ha sido especial en Prado Nuevo, porque es tiempo de sacrificio y penitencia, con motivo de la Cuaresma. Es tiempo de devoción a la Pasión de Jesús, a Jesús Nazareno, como la muy popular devoción al Cristo de Medinaceli en Madrid, donde se obtienen también abundantes gracias. ¡Qué bueno es ver cómo la Virgen y el Señor trabajan sin cesar, para que nos encontremos con ellos bajo diversas advocaciones!
También hay que destacar que este año, en concreto, el Viernes Santo, va a ser el segundo año consecutivo que tendrá lugar la Procesión de la Soledad en torno al Centro “Ave María” (El Escorial), que consiste en acompañar a la Virgen Dolorosa en esos momentos de angustia y dolor por la muerte de su Hijo. ¡Os invitamos a todos a que vengáis a esta solemne procesión!
Manolo León, en esta ocasión, ha entrevistado a dos mujeres que viven en El Escorial, una de las cuales pertenece a la Obra, y a dos peregrinas francesas. La Virgen, en el mensaje del veintiséis de diciembre de 1982, recordó la importancia de dar testimonio con estas palabras: “Y que todo aquél que haya recibido alguna gracia especial, lo comunique, porque, hija mía, son cirios encendidos para dar testimonio para la salvación de muchas almas”.
Todos los actos tuvieron lugar en el Centro de Atención a Peregrinos “Ave María”. El fuerte temporal hizo que no se pudiera celebrar en el exterior, lo cual no impidió que vinieran varios autobuses portugueses y franceses y de diferentes lugares de España, para agradecer a la Virgen los favores que han recibido en sus vidas.
El mensaje que se proyectó fue el del primer sábado de febrero de 1993. En el citado mensaje, el Señor nos invita a vivir el Evangelio para recibir gracias especiales, temporales y eternas, pero el verdadero Evangelio, el del Cristo pobre y crucificado. El Señor insiste en que extendamos el Evangelio por todas las partes del mundo, con sencillez y sin fanatismos, y en acudir a este centro mariano, para que recibamos gracias especiales para cuerpo y alma. También nos aconseja luchar contra las tinieblas contando con el apoyo de nuestros Ángeles Custodios, una devoción olvidada en la actualidad y que el Señor quiere que se vuelva a practicar.
Después del mensaje, participamos todos del rezo del Santo Rosario. Los misterios gozosos se fueron meditando y rezando, y entre misterio y misterio, se cantaba el “Salve Reina, Flor de las Flores, Salve Madre de los Dolores…”, habitual en los primeros sábados.
Una vez finalizado el Santo Rosario, pudimos participar en la Santa Misa presidida por el P. Paulino (capellán de la Asociación Pública de Fieles) y concelebrada por varios sacerdotes.
En la homilía, el presidente hizo mención del celo espiritual que el Señor tuvo en el Templo, un celo por defender la casa de su Padre, conforme a las Sagradas Escrituras, en el Salmo 69: “El celo de tu casa me devora”… Todo le movía por amor al Padre y a las almas. Esta acción de Jesucristo denuncia el comportamiento que tenemos muchos cristianos en la actualidad, dejándonos llevar por el buenismo y los respetos humanos, cayendo, por tanto, tan a menudo, en los pecados de omisión, por no advertir a alguien de un peligro espiritual o de una injusticia. El Señor y la Virgen en numerosos mensajes muestran una queja amorosa de este comportamiento, y quieren que hablemos con caridad, pero con firmeza, y no tengamos miedo a la hora de defender a la Iglesia y al Papa, porque la firmeza no daña la caridad.
Finalmente, tuvimos unos minutos de Adoración al Santísimo, para cerrar la jornada.