Este mes de noviembre, mes de Todos los Santos, mes de los Fieles Difuntos, en el que veneramos tanto a los santos conocidos, como a los desconocidos, personas no canonizadas que viven ya en presencia de Dios; dedicando igualmente nuestras oraciones por todas las almas que han acabado su vida terrenal y aún siguen purificándose.
A las 15:00 h. se proyectó el mensaje de 1 de noviembre de 1997, en el que la Santísima Virgen y el Señor, a través de Luz Amparo, animan a los sacerdotes a ser firmes y fieles en su vocación, a luchar por la Iglesia de Dios, a conquistar almas, a unir sus corazones a los corazones de los fieles cristianos, pastores, almas consagradas, y a ser obedientes al Santo Padre y a los Obispos.
Cuando pisamos Prado Nuevo, muchos recibimos la gracia de la conversión, la conversión que nos lleva a la Iglesia, para recibir los sacramentos, y por la misericordia divina perseverar hasta el final.
La Iglesia es zarandeada, atacada, porque es la Institución que queda con luz para iluminar este mundo.
La forma de conquistar las almas es dejar que las conquiste Jesús en su vida y con su palabra, que Jesús conquiste los corazones; cuando Él conquista un corazón, ya tenemos la misión cumplida en ese campo, sin olvidarnos de rezar, para que el diablo no nos conquiste el corazón.
(De la Homilía de 01/11/2023 en Prado Nuevo)
Extractos del mensaje proyectado este mes
LA VIRGEN:
Hoy vengo, hija mía, con el manto de oro, con todos los santos y con los bienaventurados; muy en especial por todos aquéllos que se han convertido en este lugar. Hoy estarán presentes con todos vosotros. Mira las gracias, hija mía, y mira para qué sirve la gracia…
Por eso hago un llamamiento a mis sacerdotes, aquellos sacerdotes entregados, frescos y lozanos, a religiosos y religiosas: sed firmes, hijos míos, y sed fieles a vuestra vocación. Y pido a esos sacerdotes que unan sus corazones a los corazones de los fieles en Dios; y que sean manantiales santos, para ayudar a los pobres pecadores. Quiero que sufran con los que sufren y participen de la alegría de los que son felices. Sacerdotes queridos por nuestros Corazones: sed luchadores de la Iglesia de Dios.
Sabéis que la Iglesia es el tesoro más grande que Jesucristo puso para las almas, y que hay manantiales divinos en ella, y almas que están sedientas para beber de esas fuentes. Vivid vuestro ministerio, hijos míos, conquistad a las almas. Hay mucha necesidad de que el sacerdote conquiste a las almas. Sed obedientes al Santo Padre, hijos míos, obedeced a los obispos. Vuestra obediencia será la que guarde vuestra vocación, porque la fidelidad ante Dios, hijos míos, es lo más importante (…)
EL SEÑOR:
(…) ¡Cuántos pecadores se han convertido, hija mía! Mira cómo gozan de la presencia de Dios… Hoy, muchos de ellos, estarán presentes en este lugar (…)
LA VIRGEN:
Hoy será un día muy importante, porque los santos se comunicarán con vosotros por medio de la oración, hijos míos.
Debido a la inclemencia del tiempo, todos los actos programados para el día de hoy, excepto la procesión (que con gran pesar hubo que suspender), se han desarrollado en el interior del Centro de Atención al Peregrino “Ave María”.
Finalizado el rezo del Rosario, dio comienzo, a las 17:00 h., la Santa Misa presidida por el P. Paulino y concelebrada por varios sacerdotes. Durante la homilía, el sacerdote destacó que el Evangelio del domingo correspondiente(cf. Mateo 23, 1-12) se sitúa en los últimos días de la vida de Jesús, en Jerusalén. El Señor da algunos consejos “a la gente y a sus discípulos” en relación a los escribas y fariseos; sobre su autoridad para enseñar, el Señor pide al Pueblo que se sometan a su enseñanza: “haced y cumplid lo que os digan”, lo que es conforme con la ley de Dios, pero que no sigan su mal ejemplo: “…porque ellos no hacen lo que dicen”.
“Un defecto frecuente en los que tienen una autoridad —comenta el papa Francisco—, tanto autoridad civil como eclesiástica, es el de exigir de los otros cosas, también justas, pero que ellos no ponen en práctica en primera persona. Tienen una doble vida” (Ángelus, 5-XI-2017).
Ese defecto también nos afecta, pues la mayoría tenemos, en mayor o menor medida, cierta autoridad sobre otras personas: en la familia, en el trabajo, en una comunidad, etc; y, no pocas veces exigimos a los demás, pero no cumplimos, excusándonos de distintas formas como hacían los fariseos.
Por eso, en cada uno de nosotros, la autoridad que tenemos debe estar basada en el buen ejemplo y en ser cercanos y serviciales.
En este sentido, en la 1ª lectura de la profecía de Miqueas, el Señor advierte a los sacerdotes de entonces sobre la gravedad de no vivir bien el ministerio y, por tanto, la palabra que enseñamos. Del mismo modo, el Señor y la Virgen en Prado Nuevo llaman a los sacerdotes a la conversión con firmeza y con amor. Así en el mensaje de 2-III-2002; el Señor: “…hago un llamamiento a todos mis sacerdotes: que se dediquen al ministerio de la Iglesia, que hay muchas almas que se han descarrilado y desviado del rebaño de Cristo, que las recojan y sean fieles a su ministerio, y prediquen la palabra de Dios (…) no os dejéis engañar por el deslumbramiento del mundo, sed fieles testigos del Evangelio”.
Luego, el Señor en el Evangelio “denuncia abiertamente algunos comportamientos negativos de los escribas y de algunos fariseos: «quieren el primer puesto en los banquetes y los primeros asientos en las sinagogas, que les hagan reverencias por la calle y que la gente los llame maestros» (v. 6-7). Esta es la tentación que corresponde a la soberbia humana y que no siempre es fácil de vencer. Es la actitud de vivir solo por la apariencia”. Por eso, para ayudar a sus discípulos y a los que le escuchan a no caer en la soberbia, les hace unas advertencias: “no os dejéis llamar maestro, porque uno solo es vuestro maestro, y todos vosotros sois hermanos (…). No os dejéis llamar consejeros, porque uno solo es vuestro consejero, Cristo. El primero entre vosotros será vuestro servidor” (vv. 8-11). “El que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido”.
Recordamos las recomendaciones del P. Alfonso, Director Espiritual de Luz Amparo, quien, por voluntad divina, intervino en un mensaje tras fallecer:
“Dejad los halagos, vivid para Dios y no seáis centros, que los hombres son muy dados a hacernos centros; y no os dejéis embaucar por unas palmaditas, que es fácil, como no reflexionéis, de que el demonio os conquiste por la soberbia y la vanidad. Luchad —¡sólo Dios basta! (…) No os dejéis conquistar por los hombres, conquistad a los hombres para Dios y dejad que Dios conquiste vuestro corazón” (2-II-2002).
Mensaje de la Virgen del 1-11-1997
En este mes de noviembre, no podemos dejar de recordar la importancia de la oración por los fieles difuntos del Purgatorio, especialmente por las almas que nadie reza. Aquí en Prado Nuevo, durante este mes, tenemos la costumbre de añadir al final del Rosario un misterio exclusivamente dedicado a ellas. En alguna ocasión han intervenido en los mensajes de Prado Nuevo. Mirad los que nos decía un alma del Purgatorio: “Gracias, gracias por tantas oraciones dedicadas a nuestras almas (…). Hemos recibido lágrimas, pero oraciones no, y las lágrimas no nos han servido de nada. (…) qué alivio sentimos cuando viene una oración a nosotros; porque el más grande tormento que hay en la Tierra es el más pequeño que sufrimos nosotros aquí (…). Nuestro dolor es más grande que ningún dolor, porque (…) tenemos ansias inmensas de ver a Dios. Orad por nosotras” (4-XI-2000).
Finalizada la Eucaristía, hemos compartido, durante la Adoración al Santísimo, el amor que tenemos a Jesús Sacramentado.
Testimonios de peregrinos en prado nuevo
Manuel, peregrino de Granada, que, aunque conocía las Apariciones de El Escorial desde el principio, no tuvo la oportunidad de venir hasta tiempo reciente. Al adquirir el libro de los Mensajes de la Virgen Dolorosa de El Escorial, le conmovió mucho lo que fue leyendo.
Tenía, como él mismo dice, una espinita, porque la gente no conoce este rincón de España… Se habla de Garabandal, de Medjugorje, de Fátima, pero El Escorial es como el Espíritu Santo, el auténtico «desconocido».
Para Manuel, esta es la tercera peregrinación a Prado Nuevo; en las dos primeras, vino solo con su Ángel de la Guarda; en esta última, después de organizarla durante meses, ha venido desde Granada con un grupo de 40 personas. A pesar de que el tiempo no nos acompaña (en referencia al temporal de agua y viento), viendo la ilusión, la fraternidad y el ambiente que se respira, ha tenido una gran satisfacción. Manuel se lleva, después de haber estado aquí en Prado Nuevo, una recarga de energía para su trabajo, porque el venir aquí es “recargar pilas” para este mundo que nos ha tocado vivir, como dicen en Cádiz, “a contramano”. Solo desea que, en la medida de sus posibilidades, la gente conozca los Mensajes de la Virgen. Si lee solo o con alguien el mensaje del día, en ese momento y en esa situación le transmite lo que realmente necesita.
Asimismo, hemos contado con el testimonio de tres peregrinos portugueses:
P. Víctor, capellán de Fundao, quien percibe que aquí, en Prado Nuevo, el Cielo está abierto. Él mismo ha manifestado que, en agosto del año pasado, sintió que Dios le decía en su corazón que estamos en el final de los tiempos y que le iba a dar dos misiones: El Escorial y la Adoración.
A Albertina le ha motivado hacer esta peregrinación, porque desde que vino por primera vez en 2001 siente la necesidad de venir todos los años para recargar sus fuerzas y su energía espiritual.
Guimaraes vino por primera vez en 2015; fue aquí donde confesó de manera más profunda y se sintió tan bien que se quería quedar.
Este mes meditamos: “Ningún poder puede arrancar de mi corazón el amor de Cristo, ni la vida, ni la muerte, ni cualquier otra criatura podrá separarme de mi Dios, que es toda mi esperanza y mi fortaleza”(Pensamiento 226 de Luz Amparo).
Los actos de este mes se han ofrecido por los familiares difuntos de todos los peregrinos, por la paz en el mundo, en especial en Tierra Santa y Ucrania, y por las necesidades e intenciones de todos los peregrinos.
¡¡¡ FELIZ Y BENDECIDO MES DE NOVIEMBRE!!!