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Apariciones de la Virgen en El Escorial en Prado Nuevo

¡Viva la Virgen de los Dolores!

15 de septiembre del 2020 solemnidad virgen de los dolores consagración eucaristia

Hemos celebrado la Solemnidad de una de las advocaciones de la Madre de Dios. Se podría decir que una muy importante, puesto que refleja el dolor de María ante el sufrimiento de su Hijo que, bien podríamos trasladar al del mundo en general.

El 14 de junio de 1981, Luz Amparo recibió el siguiente mensaje:

“Soy la VIRGEN DOLOROSA. Quiero que se construya en este lugar una capilla en honor a mi nombre…”

La Virgen, 14-Junio-1981

Con ese nombre se presentó ante Luz Amparo, y desde ese momento, se comenzó a venerarla con ese título. Treinta y nueve años después y, por la gracia de Dios, continuamos haciéndolo. Y es lo que celebramos ayer junto a todos vosotros, los que pudisteis asistir y los que seguisteis el programa desde el canal de YouTube que lleva su nombre. (Puedes ver los actos celebrados ese día pinchando aquí).

Continuamos con medidas especiales y excepcionales que nos limitan en la vivencia de los actos con total normalidad, pero que no nos impidieron acercarnos a María en su fiesta y compartir su dolor, aunque sea durante un rato. Debido a esto, tanto el rezo del santo Rosario como la celebración de la Misa tuvieron lugar en el Centro de atención al peregrino “Ave María”, con toda la seguridad que la situación que estamos viviendo a nivel mundial nos exige.

En el Evangelio de este día, san Juan nos relataba el momento en el que el mismo Cristo, desde la Cruz, mirando a su Madre, nos la entregó como Madre nuestra. A partir de entonces, el discípulo amado la acogió en su casa y nosotros en nuestro corazón.

A la celebración asistieron un buen número de sacerdotes concelebrantes, que presidió el P. Paulino, quien nos recordó, en la homilía, nos recordó algo que, a priori, parece básico y fundamental pero que no es tan fácil llevar a la práctica.

La Virgen se presentó como “Dolorosa”, y a lo largo de todos los mensajes, nos deja claro el sufrimiento que padece por la situación del mundo, por los pecados de los hombres y las ofensas que se cometen contra su Divino Hijo. Por esto, es necesario pedir perdón de nuestros pecados, con la invitación de entregarnos a la Obra fundada por Luz Amparo, según las posibilidades de cada uno, buscar la construcción de la Capilla pedida por la Virgen en el Prado y cumplir con el lema tan bonito en el que tanto insistía nuestra fundadora: “Amor, unión y paz.”

Siguiendo con el hilo de las palabras del padre en el sermón, nos habló, también, de que vivir en el amor es clave para todo en la vida; pero que, sin duda, es básico para continuar esta Obra y sacarla adelante de la mano de la Iglesia, como siempre. El Señor nos ha traído a un lugar maravilloso que no merecemos y nos pide mantenernos en la fortaleza y en el amor. Recordaba el sacerdote, además, la importancia de expandir la Obra y entregársela a la juventud como futuro de trabajo y de vocaciones.

Al celebrar la solemnidad de los Dolores de María, el predicador mencionó esas siete espadas que traspasaron su corazón; ese corazón Inmaculado que, según la palabras de la misma Madre de Dios, TRIUNFARÁ.