Como tantas veces hacía Luz Amparo Cuevas, mientras su salud se lo permitía, un grupo de Reparadores de la Virgen de los Dolores ha vuelto a salir de apostolado para dar testimonio de las apariciones de El Escorial.
Dirigidos por el padre Sergio, para tratar cualquier tema delicado referente a la Teología y a la postura de la Iglesia acerca de estas apariciones marianas. Dos de las hijas de la Fundadora, junto a alguno de sus nietos, dieron fe viva de la vida de la vidente. Su hija mayor, Mª Amparo, dijo algunos detalles biográficos de su madre. ¿Qué mejor manera para dar a conocer la experiencia de vida de Luz Amparo que de la mano de su propia familia?
Para finalizar cada acto, varias Hermanas Reparadoras ofrecieron su testimonio que, de seguro, no dejó indiferente a nadie.
En esta ocasión, el destino que el Señor nos ha puesto en el camino ha sido la ciudad de Granada. Gracias a Manuel, un granadino que conoció las apariciones de El Escorial por nuestras redes sociales, ha sido posible desplazarnos hasta esta preciosa ciudad española, llena de tanta historia.
Nos preparó dos encuentros intensos, en los que se vivieron momentos muy emotivos. El primero tuvo lugar el 20 de enero en un monasterio de la localidad de Chauchina, y el segundo al día siguiente en otro monasterio, pero esta vez situado en un lugar privilegiado dentro de la ciudad de Granada, nada menos que a los pies de una de las torres de la Alhambra, la Torre del Criado del Doctor Ortiz.
MONASTERIO VIRGEN DEL ESPINO DE CHAUCHINA
Custodiado por las monjas Capuchinas Clarisas, que nos acogieron y nos dieron a probar sus deliciosos dulces, este monasterio tiene devoción especial a la Virgen del “Pincho”, que se le apareció en 1906 a Rosario Granados Martín. Al conocer su historia, pudimos comprobar que Rosario guarda muchas similitudes con Luz Amparo, mujeres sencillas, sin apenas saber leer ni escribir, practicaban de forma habitual la caridad cristiana. Ambas sufrieron la desgracia de perder a uno de sus hijos.
Dos cosas pidió la Virgen del Espino, o del “Pincho” (como la llaman los lugareños) en sus mensajes: dar culto al Santísimo Sacramento por religiosas franciscanas y construir una casa de oración y penitencia.
En su Ermita pudimos hacer nuestro apostolado a un grupo de personas que quisieron acercarse a conocer de primera mano las apariciones de la Virgen en El Escorial.
Se vivieron momentos muy emotivos, en los que algunas personas quedaron impactadas viendo los vídeos y escuchando los testimonios de las hermanas Reparadoras y la vida de Amparo.
MONASTERIO DE SAN BERNARDO, GRANADA
Nuestro segundo apostolado tuvo lugar en el monasterio cisterciense de San Bernardo. De nuevo, la acogida que nos brindaron fue sensacional. Aunque el monasterio está situado en una zona peatonal y nos resultó algo complicado acceder hasta él con todos los equipos utilizados, el resultado y las sensaciones vividas bien merecieron la pena.
La asociación “Arsconditus” se encarga del cuidado y mantenimiento de este pequeño monasterio, donde ofrecen visitas guiadas muy bien explicadas. Ellos nos cedieron una sala capitular para poder realizar el apostolado a los granadinos que quisieron participar de los actos programados.
Pudimos encontrarnos con algunas personas que ya conocían las apariciones de Prado Nuevo y que, por circunstancias de la vida, no les resulta fácil acudir a visitar a El Escorial. Sin duda, los dos horas de conferencia les supieron a poco.
Para finalizar este resumen por tierras granadinas, queremos dar las gracias a Pepe y María Jesús, un matrimonio que nos abrió las puertas de su casa acogiendo a las Hermanas Reparadoras que nos acompañaron para dar su testimonio de vida. También aquellas personas que desinteresadamente compartieron junto a nosotros unos bonitos momentos, como Yolanda, Margarita y Susana. María Victoria y Aurora Pozo, que son hermanas de la Madre superiora del convento de Chauchina, donde acogieron al padre Sergio y estuvieron pendientes de nosotros.
Y como no, terminar este artículo volviendo a dar las gracias a nuestro querido Manuel, porque él junto a María Santísima han hecho posible este apostolado.