Esta rama la componen mujeres célibes o viudas, dedicadas especialmente a la atención de las personas necesitadas y en particular a los ancianos. Las Hermanas Reparadoras tienen como objetivo la santificación mediante el servicio a los más necesitados y reparando con la oración y el sacrificio los pecados de la humanidad.
Las Reparadoras pertenecen a la Asociación Pública de Fieles “Reparadores de Nuestra Señora la Virgen de los Dolores”, que fue reconocida y aprobada por el Cardenal Arzobispo de Madrid D. Ángel Suquía y Goicoechea el 14 de junio de 1994.
Bajo el lema de Amor, Unión y Paz, las seglares ejercen su labor social procurando una atención a los necesitados de primera calidad. Como bien las enseñaba nuestra fundadora Luz Amparo “el que no lo haya tenido, que lo tenga como si lo hubiese tenido siempre y el que lo haya tenido, que lo tenga para que no lo eche en falta”.
“No hemos venido a ser servidas”
La misión de las hermanas es amar a los necesitados sin esperar recibir nada a cambio, pensando en gran medida que son como niños, “mis niños mayores… ¡Cuánto tenemos que aprender de ellos!”, decía Amparo a las jóvenes reparadoras.
Para proporcionar a los ancianos los mejores cuidados tanto humanos como espirituales, las Hermanas mantienen viva en todo momento virtudes y actitudes tan importantes como la caridad y la alegría, de esta forma pueden llegar a conservar la esperanza de hacerles felices y que puedan recuperar esa dignidad que algunos han llegado perder, dándoles de este modo la atención y el amor que precisa cada uno de ellos.
En algunos casos los ancianos tienen heridas abiertas del pasado en su interior y que malamente pueden cicatrizar, esto hace que las jóvenes seglares, se entreguen en cuerpo y alma a cada uno de ellos dándoles el cariño y amor sin esperar recibir nada a cambio, haciendo de ese amor una empresa. Como bien enseñaba nuestra fundadora “la empresa del amor, que es la más grande y la más cristiana”.
Enseñanzas de la Fundadora
Dentro de las enseñanzas que las reparadoras han recibido de Luz Amparo, encontramos algunas que bien merece la pena señalar, pues son ricas para el alma y a la vez educan a las Hermanas para acercarlas a Cristo e indudablemente a la Madre Iglesia:
“Jóvenes muchachas, que os habéis entregado a los necesitados, ved en ellos a Cristo y repetid con El: “No hemos venido a ser servidas sino a servir”. Y para que vuestro amor sea verdadero tiene que estar apoyado en Cristo. Sed bondadosas con ellos pues la bondad eleva a la santidad.
L.A.C.
Como ocurre también con la rama Vocacional, las Hermanas realizan votos de pobreza, castidad y obediencia, pues resultan esenciales para llevar y mantener en todo momento una vida de entrega a Dios y al necesitado, haciendo también de la oración un pilar fundamental para una vida plena de consagración.
Amplia formación académica
Las Seglares reciben también la formación académica necesaria y que exige la ley para el cuidado y la atención a las personas mayores, de lo contrario, no podrían ejercer su labor de una manera plena y completa, pues en este sector, no sirve de mucho tener buena voluntad si no saben conceptos tan básicos como la forma adecuada para ayudarles a incorporase, o que acciones hay que realizar si alguno de ellos se atraganta en la comida.
Actualmente son más de 80 Reparadoras las que componen esta rama y se encuentran repartidas, por las diferentes casas que tiene la Asociación por todo el territorio Nacional. Son asistidas Espiritualmente por los capellanes de la Obra y apoyadas por la rama vocacional y familiar para la realización de diferentes labores y tareas que, en ocasiones requieren una mayor especialización.
Otra finalidad de las Hermanas, es no descuidar el darles una atención Espiritual adecuada mediante la oración y la enseñanza de Dios, pues de poco sirve lo anteriormente expuesto si no intercediesen en la salvación y cuidado de su Alma.