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Apariciones de la Virgen en El Escorial en Prado Nuevo

El “milagro” de la imagen de la Virgen Dolorosa

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Queremos compartir con todos vosotros algo que suscita mucho interés en cualquier persona que haya contemplado el rostro de la talla de la Virgen de los Dolores.

Sin lugar a dudas, resulta extraño ver una talla de María con esos golpes marcados en su bello rostro, lo que ha generado algunas preguntas entre los que nos siguen en las redes sociales; por eso, dedicamos este artículo a contar la verdadera historia de lo que sucedió el día en el que una persona exaltada agredió a dicha imagen. Para ello, hemos recopilado testimonios de algunos peregrinos que estuvieron presentes el día de los hechos.

Todo transcurrió el 5 de octubre del año 1996 , primer sábado, en la finca donde tuvieron lugar las apariciones, en Prado Nuevo de El Escorial. Como es costumbre, los peregrinos se reunieron aquel día para rezar el Santo Rosario junto al fresno en el que Luz Amparo contempló a la Virgen, acompañando previamente en procesión la imagen de Nuestra Señora desde el Centro de acogida al peregrino “Ave María” y portando las andas un grupo de braceros.

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Pues bien, durante dicho rezo varios testigos vieron sorprendidos cómo un hombre fornido, que se encontraba de rodillas, de forma inesperada, brincó repentinamente sobre las andas que se encontraban a una altura elevada. De inmediato, sacó una piedra cortante de su mochila y empezó a golpear con fuerza y saña el rostro de la Virgen Dolorosa. Fue tal la extraña agilidad de este hombre y la celeridad de su acción, que no se pudieron evitar los primeros golpes. Lo antes posible, varios de los presentes lo inmovilizaron y bajaron de allí, en medio del estupor de los peregrinos.

Todos los asistentes fueron testigos de semejante vejación y reaccionaron llorando y con gritos. Hay peregrinos que distinguieron cómo la cara de la imagen de la Madre de Dios se abría como si fuera carne humana, como si se hubiera producido una herida real en el rostro de una persona de carne y hueso.

Unos días después, varios testigos vieron que la imagen derramaba lágrimas que humedecieron sus mejillas, y afirman que observaron cómo los ojos estaban enrojecidos, tal y como ocurre cuando llora una persona.

Cabe destacar que comprobaron cómo las lágrimas que brotaban del ojo derecho, el lado que recibió los golpes, eran absorbidas por los huecos que dejó la piedra, y las lágrimas que descendían por el lado izquierdo del rostro, se deslizaban sin impedimento alguno.

Alguno de los presentes, ante este fenómeno inexplicable, como otro Sto. Tomás, se atrevió tocar las lágrimas y percibió la humedad de las mismas en el rostro de la Virgen. Los que presenciaron estos fenómenos quedaron asombrados y consolados, viendo en ello una gracia de la Virgen.

Aunque algunos trozos de la madera se pudieron reconstruir, se decidió dejar la marca de la agresión, como testimonio para la historia de lo acontecido aquel día y como símbolo de lo que sufre Nuestra Madre por lo pecados de la Humanidad.

La Virgen de Częstochowa

Existe un caso similar en el Santuario de Jasna Góra (Polonia), en un cuadro de la Virgen , nuestra Señora de Częstochowa. Este icono presenta cicatrices en la mejilla y en la garganta de la imagen de la Virgen. Fueron provocadas por una espada y una flecha respectivamente; un asaltante husita blandió su espada sobre la imagen y le infligió los cortes profundos.

Lo sorprendente de dicho acontecimiento es que, a pesar de que se ha intentado restaurar el cuadro numerosas veces, las marcas reaparecen milagrosamente.

Ahora conocéis esta historia “milagrosa” de la imagen de Nuestra Señora, la Virgen de los Dolores. Que sirva para unirnos más a Ella y valorar el amor inmenso que tiene por nosotros, sus hijos.

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