Primer sábado de diciembre, a pocas horas de dar comienzo el Adviento, tiempo de preparación para celebrar la Navidad, inicio del Nuevo Año Litúrgico católico, nos hemos reunido en Prado Nuevo para venerar y honrar a María, la Madre de Dios, pues de Ella ha nacido el Salvador, Ella ha dado la vida a Aquél que ha dado la vida y es la Vida del mundo. (Pensamiento 330 de Luz Amparo).
A las 15:00 h. se ha proyectado el mensaje del 1 de noviembre de 1997, en el que la Santísima Virgen y el Señor, a través de un sencillo mensaje a Luz Amparo, animan a los sacerdotes a ser firmes y fieles en su vocación, a luchar por la Iglesia de Dios (“Amo a la Iglesia, porque es Cristo hablando a los hombres, es el mismo Corazón de Jesús que late en el pecho de la Iglesia por amor a todas las criaturas” [Luz Amparo]), a conquistar almas, unir sus corazones a los corazones de los fieles cristianos, pastores, almas consagradas a ser obedientes al Santo Padre y a los Obispos, al sacrificio, ofreciendo pequeños sacrificios y a ser constantes en la oración.
Breve extracto del mensaje proyectado:
Sacerdotes queridos por nuestros Corazones: sed luchadores de la Iglesia de Dios (…).
Sabéis que la Iglesia es el tesoro más grande que Jesucristo puso para las almas, y que hay manantiales divinos en ella, y almas que están sedientas para beber de esas fuentes. Vivid vuestro ministerio, hijos míos, conquistad a las almas. Hay mucha necesidad de que el sacerdote conquiste a las almas. Sed obedientes al Santo Padre, hijos míos, obedeced a los obispos. Vuestra obediencia será la que guarde vuestra vocación, porque la fidelidad ante Dios, hijos míos, es lo más importante
Mis palabras se van acortando, porque, hijos míos, todo lo he ido recordando: el Evangelio, palabra por palabra, para que a los hombres no se les olvide. Tú, hija mía, piensa que estás para sufrir, y que los enemigos más dolorosos son los que más cerca están de ti, (…) pero Dios está por encima de todas las cosas, hija mía. Esa traición que han hecho en esta Obra, hija mía… Dios es el autor de dar y quitar las gracias. La infidelidad de un alma es muy grave (…).
Te calumniarán, te ultrajarán, te levantarán falsos testimonios; ¿no te lo he dicho? Y sabes, hija mía, que te lo he repetido últimamente muchas veces (…).
Tú diste confianza, amor y cariño, y te devuelven desprecios, calumnias y mentiras. Pero yo te he enseñado a no luchar contra el enemigo, sino a dar bálsamo, caridad y amor. La lucha no es buena, hija mía; sólo para vencer el pecado. Tú refúgiate en nuestros Corazones y nuestros Corazones te protegerán, hija mía.
La Virgen
(…) Tienes algo muy grande, hija mía: el sacrificio para los pobres pecadores; eso es algo grande. ¡Cuántos pecadores se han convertido, hija mía! Mira cómo gozan de la presencia de Dios… Hoy, muchos de ellos, estarán presentes en este lugar (…).
Mis mensajes se van acortando, hija mía, pero mi bendición estará presente en todos vosotros. Que nada te angustie (…). Y ¡ay de aquél que critique y levante falsos testimonios contra esta Obra! ¡Ciegos, más que ciegos, que al final os habéis dejado arrastrar por la astucia de Satanás! (…). ¿Sabes por qué, hija mía? Por falta de oración y de sacrificio. Reza y sacrifícate por ellas…
El Señor
Si quieres escuchar el mensaje completo pincha aquí.
A las 15:45 h., gracias a la soleada tarde invernal, al toque de la campana, ha dado comienzo la procesión con la imagen de Nuestra Madre, la Virgen de los Dolores, con el rezo del Santo Rosario, donde hemos contemplado y meditado los Misterios Gozosos.
La Eucaristía ha sido celebrada por el P. José María y concelebrada por varios sacerdotes. Durante la homilía, el padre ha destacado que en Adviento, más si cabe, debemos orar, vigilar, estar preparados… Respecto a la oración, mencionó un pensamiento de san Pío de Pietrelcina que dice: “Quien reza mucho se salva, quien reza poco está en peligro. Quien no reza está perdido.” Si rezamos poco, el demonio se mete en nuestra vida, nos va debilitando hasta hacernos caer en el pecado.
Estamos viviendo tiempos difíciles a nivel político, social, moral, y ahora quizá más que nunca vivimos una lucha del bien contra el mal.
En un encuentro del año 2015 de un exministro español con el ya papa emérito Benedicto XVI, éste, ante la situación de España, le dijo que el diablo quiere destruir a España por el papel primordial que ha tenido en la historia de la Iglesia, pero no lo va a conseguir si ponemos los medios: la humildad, el sufrimiento, la oración y la devoción a la Virgen. Así, relacionado con la humildad, citó un mensaje de la Virgen: “Pide a todos que tengan mucha humildad, que sin humildad no consiguen nada”. El sufrimiento equivalente a sacrificio, aceptado u ofrecido a Dios; sobre todo sufrimientos que vienen sin buscarlos, que son los que verdaderamente vienen de Dios. “Sin sufrimiento —decía el Señor— no hay amor. Por eso los hombres no aman, porque rechazan tan grande gracia como es la del sufrimiento”. Y la Virgen: “Es muy importante, hijos míos, que en estos tiempos críticos que satán quiere hacerse el dueño de las almas, no os abandonéis en la oración”. En cuanto a la devoción a la Virgen, nos decía Ella una vez: “Acudid a mí, hijos míos, acudid a mí que soy la Madre de los angustiados, de los marginados, de los pecadores”.
Se ha denominado a la santísima Virgen en la Iglesia la “omnipotencia suplicante”, porque nunca pide nada que vaya contra la voluntad de su Hijo.
Finalizada la Eucaristía, durante unos minutos, hemos permanecido en la adorable presencia del Santísimo Sacramento, momento de reparación de nuestras culpas y de acción de gracias por todas las bendiciones recibidas.
Testimonio en prado nuevo de Josefina del rio
Josefina del Rio, por todos conocida como Fina, fue una de las primeras personas que formalizó en su propia casa, junto a su marido Honorino (fallecido hace nueve meses), la comunidad que tanto la Virgen como el Señor habían pedido a Luz Amparo.
Fina y su marido vivían en Móstoles; a través de una vecina, conocieron en enero de 1984 las Apariciones de la Santísima Virgen en El Escorial. Por la gracia de Dios, vinieron a El Escorial y se hicieron del Grupo inicial, junto con María José, su marido Ricardo y María Capilla (hoy superiora de las Hermanas Reparadoras) apoyados por el sacerdote D. José Arranz.
Fina, desde el principio hasta el día de hoy, es una persona que convivió con Luz Amparo, de quien tiene recuerdos maravillosos, que ha vivido y vive entregada por completo a la Obra de la Virgen de los Dolores.
A punto de finalizar este año, no podemos dejar de dar las GRACIAS a todos los peregrinos de Portugal, Francia, Italia, Colombia, México, Perú, Brasil… y de distintos puntos de España que, año tras año, mes tras mes, seguís acudiendo a Prado Nuevo a honrar y venerar a Nuestra Madre, la Virgen de los Dolores, y para recibir innumerables gracias que Ella derrama.
Todos los actos fueron ofrecidos por España, por la paz en el mundo, en especial en Tierra Santa y Ucrania, y por las intenciones de todos los peregrinos.
¡¡¡Feliz y bendecido mes de diciembre y muy Feliz Navidad!!!