
¡Feliz primer sábado de febrero!
Manolo León entrevistó en esta ocasión a una mujer llamada María Dolores, peregrina de Leganés. Tuvo una conversión profunda a raíz de conocer las Apariciones marianas de El Escorial y a Luz Amparo.
Avisos del Señor en el mensaje de febrero del 2002
El mensaje que se proyectó en el Centro “Ave María” fue el del 6 de abril de 2002. En este mensaje, la Virgen y el Señor muestran la situación del mundo y cómo el demonio se ha introducido en las familias, en los conventos y en la Iglesia, en general, para destruir a sus almas consagradas.
En las familias, los padres enseñan a sus hijos a gozar en el tiempo, el camino de la perdición, y les privan de conocer el camino de la salvación, y el valor del sacrificio, porque aman antes el mundo que a Dios. Por eso, se faltan el respeto y la dignidad al haber echado a Dios de sus hogares. Los padres serán responsables de los devaneos de sus hijos.
En los conventos, el demonio arrastra a las almas consagradas al mundo, a las vanidades y a los placeres vanos que hay en él. En este sentido, las vacaciones mal orientadas son la perdición de muchas almas.

Muchos sacerdotes se han abandonado en la oración y en la entrega a su ministerio. La Virgen insiste en que oren y que hagan que los hombres oren; que enseñen el valor del sacrificio y de la penitencia; que enseñen a acercarse a la Eucaristía con el alma limpia. Les pide también que estén en los confesionarios, para que las almas vayan a descargar sus culpas. El Señor les pide que oren y que visiten un ratito, al menos, al “Prisionero” de amor por los hombres.
El Señor nos avisa de que va a pasar lo mismo que cuando el Diluvio, como cuando Sodoma y Gomorra. Que estemos preparados, porque va a aplicar su Divina Justicia contra aquellos destructores de los pueblos, destructores de las almas. También nos pide que obedezcamos a los consejos de nuestra Madre, “Madre corredentora del género humano”, que nos ama y desea todo lo mejor para sus hijos.
¡Gloria Patri en cada misterio!
Después del mensaje, participamos todos del rezo del Santo Rosario. Este mes, se ha empezado a cantar el Gloria Patri del final de cada misterio, tal como lo expresó San Juan Pablo II en su Carta Apostólica sobre el Rosario: Rosarium Virginis Mariae; para ensalzar así el honor a la Santísima Trinidad, como se hace, por ejemplo, en los Santuarios de Fátima y Lourdes.
Una vez finalizada la oración predilecta de María, pudimos participar en la Santa Misa presidida por el P. José María (capellán de la Asociación Pública de Fieles) y concelebrada por varios sacerdotes.
En la homilía, el P. José María nos habló sobre el misterio de la Presentación del Señor en el Templo, fiesta dedicada al Señor, al que también va unido otro Misterio que es el de la Purificación de la Virgen María. El Señor y su Santísima Madre se sometieron a las Leyes religiosas de su tiempo, a este rito del pueblo judío, por humildad y obediencia a las Leyes de Dios, para renovar la antigua alianza con la nueva alianza sellada con su Sangre.

Destacó, además, la presencia del profeta Simeón en este pasaje del Evangelio, anunciando a la Virgen María que una espada de dolor iba a traspasar su Corazón Inmaculado. Nos invitó a reflexionar sobre la presencia de los profetas y las profecías en la Biblia, indicándonos también las características de los auténticos profetas, para diferenciarlos de los falsos profetas.
El profeta de Dios habla en nombre del Señor, obedece a la Santa Madre Iglesia, su mensaje es universal porque la Iglesia es católica, no se cree superior a los demás y es sencillo y humilde. Los profetas son despreciados y calumniados, porque los mensajes que transmiten de parte de Dios, en ocasiones, no agradan a los que los reciben, porque no quieren aceptan ese mensaje de salvación.
En cambio, el falso profeta alardea de lo que dice creer y saber, escruta los designios de Dios temerariamente y pretende conocer el futuro, como son, los visionarios, agoreros, etc. En el Libro del Deuteronomio dice que el que practica esto es abominable para el Señor.
Por encima de todos los profetas, en el Nuevo Testamento, existe un profeta que tiene sabiduría, que es humilde, que lo que transmite es santo y que abarca todos los tiempos. Este profeta, o profetisa, es la Santísima Virgen María, que transmite los mensajes de parte de Dios.
Finalmente, tuvimos unos minutos de Adoración al Santísimo, terminando con las invocaciones cantadas de alabanza al Señor y a los santos, culminando con el canto de la Salve Regina.